Y Jack Bauer tuvo que cambiar la hora.

Ya està arreglado. Desde hoy tenemos media hora menos en la vida.

Lo malo:

1. Tener que cambiar diez relojes. Debì hacerme adicta a las pulseras, los zarcillos, los anillos, pero no. Mi pt. cabeza pensò desde siempre en tèrminos de 24 horas y necesitaba tener relojes. Entonces hoy ando ocupando tiempo en ajustar horas en piezas que para sacarles el botoncito del cambio de hora hay que hacer milagros de ingenierìa. (Sin vaina!). La peor: el maldito despertador de Casio con botones que se enterraràn en mis deditos cuando tenga que ponerme a arreglarlo.

2. Lo de la computadora fue relativamente fàcil (gracias a la blogòsfera venezolana, donde un gentìo publicò el bendito parche para Microsoft sin tener que pasar por esa web y que constara que mi Win-XP es pirata de toda piraterìa. Y que no pienso pagar Bs484.500 (En Enero 484.5 Bolìvares diz que fuertes) para acomodarme a la legalidad de Bill Gates. Al menos no antes de cambiar todo el equipo.

3. Bueno, el reloj de este blog fue fàcil de cambiar tambièn. La web que aporta relojitos bloggueros sì tenìa el 4:30 de diferencia con el Meridiano de Greenwich.

4. La peor vaina de todas:

Reagendar TOOOOOOOODA mi televisiòn. Yo que habituaba pensar en tèrminos de hora, ahora hay que pensar que es media hora antes. Què ladilla!

Ahora en el canal 8 andan explicando las "ventajas" del cambiecito. Lo ùnico que sè es que quiero poner a un chavista a arreglarme los relojes. Ya que se empeñaron!

Coño, y ahora Jack Bauer pregunta que si la hora no cambia màs seguido. Ayer durmiò una siesta sòlo con el cambio de media horita. Achito papà. Alguien tenìa que ganar.

Saludos,